Electrificar o morir, that´s the question




La eléctrica

Pues la cosa fue que después de mis vacaciones cinegéticas por Sudáfrica y siendo así que tenía detrás de la oreja el volver a tomar el monte también sobre dos ruedas, me dije "que hago, vendo la bici o la electrifico" en un último intento por volver a las sendas que antaño hacía. Me rondaba la idea por la cabeza desde hacía tiempo, así que la llevé a mi amigo Javi de TJ Bikes en Mutxamel, Alicante, todo un artista en esto de las bicis y me sugirió la idea de electrificarla. Yo era de los que pensaba que eso de ponerle un motor a una bici dejaría de ser deporte hasta que la probé y surgió el flechazo y el amor a primera vista...lejos de ser herejía.
Estéticamente opino que ha quedado genial, pero eso era lo menos importante, así que me monté sobre ella y volé hasta mi casa con unas ganas locas de estrenarla donde se merece, en el monte.
Ayer subí por el río como pude ya que había mucha agua de una balsa que rebosa constantemente agua salobre y luego por sendas en un intento por volver a subir la siempre jodida cuesta de la "japuta" y que, no es por nada, ya había vencido en mas de una ocasión en bicicleta "clásica", que cosas.
Las sensaciones no pudieron ser mejores. Haces ejercicio, vaya que si lo haces, pero de una forma mas relajada y es que cuando crees que no puedes mas y bajas un pelín el ritmo (yendo en la mínima potencia, modo ECO), notas como si una mano divina y generosa te diera un ligero impulso, que me recordaba a cuando los corredores de la Vuelta a España suben por un puerto y el público a veces empuja. El ritmo, que duda cabe, es de cuando estás a tope pero con mucho menos entrenamiento, pero hay que pedalear y mover una bici que ahora pese cerca de 25 kilos aunque con una pequeña y gran asistencia.
Volé en la ruta recordando cuando los Onlybikers salíamos en nuestras rutas 10 años antes y soñé en volver a realizar esas mismas rutas, con 10 años mas sobre mis piernas y con peor fondo físico que entonces gracias a la ayuda de la asistencia moderada de mi nueva e-bici, aunque ni puedo ni quiero abusar de ello, sólo lo justo, lo que me hace falta hasta ponerme fuerte y volver al monte como se merece, pero a lomos electrificados.
A nadie le quepa duda que es mucho mas divertida ahora que antes.

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